miércoles, 19 de agosto de 2009

DIARIO DE CAMPO. CAPERUCITA ROJA "CAMBIO DEL DESARROLLO"


Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había mandado hacer una caperucita roja y le sentaba tanto que todos la llamaban Caperucita Roja.
Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo.


-Anda a ver cómo está tu abuela, pues me dicen que ha estado enferma; llévale una torta y este tarrito de mantequilla.


Caperucita Roja partió en seguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque unos leñadores andaban por ahí cerca. Él le preguntó a dónde iba. La pobre niña, que no sabía que era peligroso detenerse a hablar con un lobo, le dijo:


-voy a visitar a mi abuelita que vive allí en moravia por que ayer se cayo de la cama y se lastimo muy fuerte por eso le llevo estos regalitos y muchas saludes de mi madre pancha y para enseñarle mi nuevo vestido rojo.


-¿Vive muy lejos? -le dijo el lobo.


-Claro que no queda allí a l vuelta de la esquina al lado de la tienda de don chucho en la casita azul.


-Pero antes de ir a donde mi abuela voy a ir a saludar a mi amiga Agripina ya que hace tiempo no la veo, carlobo contesto, me parece muy bien mientras eso me voy a ir al centro comercial a comprarme un atuendo para una comida que le vamos hacer por los grados a mi hermana y luego iré a conseguir la comida. Pero eso no era así el carlobo estaba pensando ir a visitar a la abuela de caperucita para comérsela y así darle el mejor banquete a su hermana yurloba.
Se despidieron y arrancaron cada uno por su lado, a caperucita le tocaba irse por un camina mas largo para poder pasar por la casa de Agripina, mientras el carlobo con su astucia empezó a correr para llegar antes que caperucita llegara.


Carlobo llego y saca un ganchito con el que abre la puerta la abuela se encontraba en el baño, mientras eso el se organizo saco unos cuchillos y la cogio por detrás dándole un mordisco en su cuello, en el estomago. En ese momento tocaron la puerta carlobo se pego un susto, escondió a la abuela y se puso a esperar a caperucita Roja quien, un rato después, llegó a golpear la puerta: Toc, toc.


-¿Quién es?


Caperucita Roja, al oír la ronca voz del lobo, primero se asustó, pero creyendo que su abuela estaba resfriada, contestó:


-Es su nieta, Caperucita Roja, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.


El lobo le gritó, suavizando un poco la voz:


-Tira la aldaba y el cerrojo caerá.


Caperucita Roja tiró la aldaba y la puerta se abrió. Viéndola entrar, el lobo le dijo, mientras se escondía en la cama bajo la frazada:


-Deja la torta y el tarrito de mantequilla en la repisa y ven a acostarte conmigo.


Caperucita Roja se desviste y se mete a la cama y quedó muy asombrada al ver la forma de su abuela en camisa de dormir. Ella le dijo:


-Abuela, ¡qué brazos tan grandes tienes!


-Es para abrazarte mejor, hija mía.


-Abuela, ¡qué piernas tan grandes tiene!


-Es para correr mejor, hija mía.
Abuela, ¡qué orejas tan grandes tiene!


-Es para oírte mejor, hija mía.


-Abuela, ¡qué ojos tan grandes tiene!


-Es para verte mejor, hija mía.


-Abuela, ¡qué dientes tan grandes tiene!


-¡Para comerte mejor!


Y diciendo estas palabras, este lobo malo se abalanzó sobre Caperucita Roja y se la comió
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