jueves, 20 de agosto de 2009

DIARIO DE CAMPO. CAPERUCITA ROJA "CAMBIO DE FINAL"


Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había mandado hacer una caperucita roja y le sentaba tanto que todos la llamaban Caperucita Roja.

Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo.

-Anda a ver cómo está tu abuela, pues me dicen que ha estado enferma; llévale una torta y este tarrito de mantequilla.

Caperucita Roja partió en seguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque unos leñadores andaban por ahí cerca. Él le preguntó a dónde iba. La pobre niña, que no sabía que era peligroso detenerse a hablar con un lobo, le dijo:

-Voy a ver a mi abuela, y le llevo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.

-¿Vive muy lejos? -le dijo el lobo.

-¡Oh, sí! -dijo Caperucita Roja-, más allá del molino que se ve allá lejos, en la primera casita del pueblo.

-Pues bien -dijo el lobo-, yo también quiero ir a verla; yo iré por este camino, y tú por aquél, y veremos quién llega primero.

El lobo partió corriendo a toda velocidad por el camino que era más corto y la niña se fue por el más largo entreteniéndose en coger avellanas, en correr tras las mariposas y en hacer ramos con las florecillas que encontraba. Poco tardó el lobo en llegar a casa de la abuela; golpea: Toc, toc.

-¿Quién es?

-Es su nieta, Caperucita Roja -dijo el lobo, disfrazando la voz-, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.

La cándida abuela, que estaba en cama porque no se sentía bien, le gritó:

-Tira la aldaba y el cerrojo caerá.

El lobo tiró la aldaba, y la puerta se abrió. Se abalanzó sobre la buena mujer y la devoró en un santiamén, pues hacía más de tres días que no comía. En seguida cerró la puerta y fue a acostarse en el lecho de la abuela, esperando a Caperucita Roja quien, un rato después, llegó a golpear la puerta: Toc, toc.

¿Quién es?

Caperucita roja abuela vine a traerte unos regalitos y a mostrarte mi vestido nuevo ábreme.

Calobo hay mismo se puso la ropa de la abuela y le dijo entra y cierra la puerta con seguro.
Al entrar la niña vio que la abuela estaba demasiado rara, se asusto y empezó a gritar muy fuerte todos los vecinos escucharon y pensaron que estaban robando en la casa de la viejita, llegaron en bandos con palos, ollas y con los leñadores para ver que pasaba. Cuando vieron a la abuela tan rara todos en coro empezaron a preguntar.

-Abuela, ¡qué brazos tan grandes tienes!

-Es para abrazarte mejor

-Abuela, ¡qué piernas tan grandes tiene!

-Es para correr mejor

Abuela, ¡qué orejas tan grandes tiene!

-Es para oírte mejor

-Abuela, ¡qué ojos tan grandes tiene!

-Es para verte mejor

-Abuela, ¡qué dientes tan grandes tiene!

-¡Para comerte mejor!

Y diciendo estas palabras, este lobo malo se abalanzó para salir lo mas rápido por el patio y coger a la abuela y llevársela por el techo, los vecinos corriendo detrás de el lo alcanzaron y lo lincharon, mientras caperucita desamarraba a la abuela y la abrazaba con un llanto de alegría y a la vez de susto ya que habían pasado por una historia súper maluca. Luego caperucita y sus vecinos quisieron hacer una fiesta de victoria ya que habían destruido al carlobo y se lo habían llevado al zoológico.
Cibergrafìa de la Imagen

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